El director
del periódico Religión Digital, José Manuel Vidal, expresó en exclusiva para
tele SUR que “mientras no se limpie la curia romana (conjunto de órganos de
gobierno de la Santa Sede) la Iglesia va a tener un cáncer continuo”.
“El Banco
del Vaticano ha incrustado gente que tiene toda una vida para dedicarse al
banco (...) Cuando un eclesiástico busca el poder tiene 24 horas del día para
hacerlo, no tiene familia, no tiene otra cosa para distraerse” y por lo tanto
la corrupción “es una gran tentación”.
La curia
romana, compuesta por un grupo de instituciones bajo la dirección del papa, que
ejerce funciones legislativas, ejecutivas y judiciales es “la peor burocracia
del mundo”, manifestó en entrevista a tele SUR, Miguel D’Escoto, ex presidente
de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y sacerdote católico.
La Conexión entre la Iglesia de Roma
y los judíos.
Con la
destrucción de Jerusalén y otras ciudades, el Pueblo judío se habían dispersado
por todo el mundo (la diáspora), y se
fueron estableciendo en todos los países, en aldeas primero, luego éstas aldeas
se fueron fortificando con murallas y se les llamó burgos, de esos burgos cuyos
habitantes se dedicaban al comercio, a la artesanía y a la agricultura y
ganadería, en las tierras que rodeaban las murallas del burgo, fueron surgiendo
las llamadas ciudades, en la alta edad media. Los judíos habitaron, en su
mayoría, en éstos burgos y se dedicaban a actividades mercantiles, poco a poco
fueron acumulando enormes capitales y transformándose en banqueros, financistas
y grandes comerciantes. Todo esto en
secreto, pero coordinado, dirigido y ejecutado por la poderosísima compañía de
Jesús. Inclusive fueron la fuente de financiación de algunas cruzadas a “Tierra
Santa”.
No quiero
profundizar mucho sobre acontecimientos históricos, ya que me extendería de
forma muy amplia tanto que se haría necesario escribir un libro dedicado a las
invisibles conexiones entre los judíos y la compañía de Jesús, pero citare personajes de la historia y su
percepción acerca de este gran enemigo de la humanidad, del lobo vestido de
cordero, que ha logrado engañar, manipular y destruir todo intento de
superación espiritual humana, me refiero a los señores jesuitas, o llamémoslos
por su verdadero nombre los sabios de Sion. A continuación cito la declaración
de Napoleón Bonaparte, recogidas del libro Memorias de Napoleón en cautiverio
en Santa Helena:
“Los
Jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es un
general del ejército y no un simple sacerdote o un abad de un monasterio. La
meta de esta organización es el PODER. El poder en su forma más déspota. Poder
absoluto, poder universal, poder para controlar el mundo por la voluntad de un
sólo hombre. El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos; y a la misma
vez el mayor y el más enorme de los abusos...
El general
de los Jesuitas insiste en ser el amo y el soberano sobre cualquier soberano.
Dondequiera que se admite a los Jesuitas los mismos se convierten en amos y en
soberanos sobre cualquier soberano. Esta sociedad es dictatorial por naturaleza
por lo que es un enemigo irreconciliable de cualquier autoridad constituida.
Cada acción, cada crimen sin importar cuán atroz es un trabajo al que se le
considera meritorio siempre y cuando se haga para cumplir con los intereses de
la sociedad de los Jesuitas o para cumplir una orden del General.
No existe
forma de disfrazarse que ellos no posean, por lo que pueden penetrar en
cualquier lugar. Pueden penetrar silenciosamente tanto en el guardarropa de un
monarca como en el gabinete de un jefe de estado. Pueden infiltrarse de forma
secreta en una Asamblea General y mezclarse sin provocar sospecha alguna en las
deliberaciones y los debates.
No existe
idioma que ellos no puedan hablar, ni credo que no profesaran, sin embargo no
hay iglesia en la que ellos
incursionen, ni membrecía de iglesia a
la que pertenezcan que continúen funcionando. Ellos pueden desacreditar al Papa
y a cualquier gobernante ante los ojos
del mundo, y jurar su intención solemne de guardar el juramento”.
A la luz de
estas declaraciones del señor Bonaparte,
así como la de muchos grandes hombres de la humanidad, surgen por
consecuencia obvia, muchos interrogantes. Si los jesuitas comenzaron a ejecutar
su plan de apoderarse del mundo, desde el mismo concilio de Trento, donde
fueron parte fundamental para hacerle frente a la amenaza de la reforma en
cabeza de Martin Lutero, donde se pusieron las bases para desarrollar el plan
más ambicioso nunca visto en los anales de la historia humana, y cuyo plan se
refleja en unos manuscritos, llamados
los protocolos de los sabios de Sion, donde se manifiesta de manera
impresionante la verdadera esencia del mal, donde se piensa en todo para lograr
el sometimiento de la raza humana de manera tan sutil como perversa, y nada se
ha interpuesto en su camino, ¿quién puede asegurar que el imperio vaticano no
ha estado involucrado en todo conflicto bélico, en todo magnicidio, en todo
derrocamiento de gobiernos que se conviertan en una amenaza a sus intereses?.
Para los que
hemos estudiado los protocolos de los sabios de Sion, y vemos la realidad del
mundo, es evidente que los han aplicado al pie de la letra. Pero existe una
jugada maestra por parte de los jesuitas, ellos en sus pactos secretos con la
comunidad judía, sobretodo el selecto circulo del conocimiento, basado en la
cábala ancestral, dejaron ver al mundo que estos protocolos provenían de esta
comunidad, que solo ansiaba el apoderarse de la economía mundial convirtiéndose
en un enemigo poderoso a la doctrina dejada por Jesús, que el mundo fuese un lugar más equitativo y
justo. Los judíos de los burgos, cuyos capitales provenían principalmente de
los saqueos de “tierra santa” y de otros lugares de Asia y el medio oriente, y
que estos capitales fueron proporcionados por la tenebrosa compañía de Jesús a
nombre del papado, a cambio del conocimiento de la cábala, no tuvieron otra
alternativa que aceptar las condiciones impuestas por los señores de Sion, o el
directorio de la compañía de Jesús. Una de las máximas de la compañía de Jesús
afirma que el verdadero Poder jamás se muestra, ya que dejaría de ser poder al
convertirse en un blanco vulnerable.
La gente
prácticamente desconoce la enorme responsabilidad del Vaticano y de los
jesuitas en el inicio de las dos guerras mundiales; esto en parte se debió a
los grandes recursos financieros que el Vaticano y los jesuitas tenía a su
disposición, dándoles poder en muchos ámbitos, especialmente después del último
conflicto”…”La institución católica romana no es una iglesia cristiana ni jamás
lo fue. El Tratado de Conquista de 1213 otorga al Vaticano la propiedad del
reino de Inglaterra. Por eso la
Corporación Británica que Gobierna al mundo pertenece al Vaticano. En
1139 el Papa creó una bula para exonerar a los judíos de todo tipo de jurisprudencia.
El Banco jesuita de Roma abrió su primera sucursal en Inglaterra en 1694. En
1820 los Rothschild judíos, eligieron la
ciudad de Londres como centro financiero mundial y criminal del mundo. Toda la
historia que han contado la cultura y los medios es FALSA.
Su graciosa
majestad, la Reina de Inglaterra es la jefa de la Orden (masona-jesuita)
de Malta (a la que Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, cazador de osos
borrachos, pertenece) en Occidente. La Orden de Malta es el ejército del
Vaticano, heredera de la Orden de San Juan.
La Reserva
Federal o Banco Central de la Corporación Estadounidense (Compañía de Virginia,
para la Reina) recibe las órdenes del Banco de Inglaterra, que está controlado
por los judíos avariciosos Rothschild. Este es el banco que rige y surte
secretamente a las principales dictaduras y gobiernos corruptos del mundo. Pero
la madre del cordero, lo que la gente no sabe, es que el Banco de Inglaterra
sirve a su cabeza, los Rothschild, los cuales sirven a su vez al Vaticano, al
Banco de Roma, que fue creado en Roma en 1587. El Banco de Roma es el
banco Vaticano controlado por el “El General” o el Papa Negro.
Hitler era descendiente de los Rothschild, según el psicoanalista Walter Langer
y el contraperiodista David Icke. Otro dato increíble es que el clarividente de
Hitler y uno de sus principales financiadores era un judío llamado Hanussen
(Pennik, 1984).
(Continuara).